Mirá lo que tenés puesto y escribí la historia de cada prenda. Quizá compraste ese pantalón en un viaje, cuando estabas en la plaza principal de una ciudad y prometiste que solo entrabas a ese negocio a mirar. Puede que las medias (calcetines) hayan estado en oferta al lado de la caja y las hayas agarrado a último momento porque te gustaron los colores. Y ese buzo con dibujos de Plaza Sésamo es tu preferido, ya tiene varios agujeros pero no querés sacarlo, sentís que la capucha ya se amoldó a tu cabeza. Las sandalias no te acordás de dónde salieron, crees que te las regaló alguien para tu cumpleaños, o quizá las heredaste de una amiga que las tenía tiradas en su casa. Podés pensar, también, en qué vida tuvieron antes de que llegaran a la tuya.

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