Cuando vi esta charla TED sentí una revelación. Unos días antes había estado hablando con dos amigas de mi prima acerca de las cosas que más nos gustaba hacer: una de ellas era clown y creo que la otra bailaba, y a ambas les apasionaba lo que hacían. Pasaron unos años de esto y no me acuerdo todo con detalle, pero me acuerdo de algo que les dije: “Cuando estoy escribiendo me abstraigo tanto que pierdo el registro de mi cuerpo y me olvido de dónde estoy”. Suele pasarme cuando estoy muy metida en lo que hago: me olvido hasta de comer o dormir. Lo malo es que me trae bastantes dolores de cuello y de espalda, porque estoy mal sentada durante horas y no controlo mi posición.

Era la primera vez que expresaba eso en voz alta. Un tiempo antes había hecho un curso de orientación vocacional y después de todos los tests me dijeron que yo tenía muy poca noción de mi cuerpo, lo cual es cierto porque soy muy torpe y me choco con todo. Cuando vi esta charla TED y descubrí que eso que me pasa cuando escribo se llama “flow” o “la experiencia del fluir” me sentí bien: quería decir que estaba invirtiendo mi tiempo en lo que de verdad me gustaba hacer, más allá de que me diera ganancias económicas o no.

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Mihaly Csikszentmihalyi, el orador de esta charla TED, creció en Europa durante la Segunda Guerra Mundial. Cuando vio cómo la vida y la seguridad de muchas personas fue destruida por la guerra, empezó a interesarse en qué era lo que contribuía a hacer la vida digna de ser vivida. Empezó a leer filosofía y a involucrarse en el arte y la religión, hasta que encontró la psicología y se fue a Estados Unidos a estudiar. Su interés era entender las raíces de la felicidad, qué era lo que hacía a la gente tener una vida feliz.

Sus estudios le demostraron que el incremento del bienestar material —a unos pocos miles de dólares por encima del nivel de pobreza— no tenía efecto en qué tan felices eran las personas: es decir que una vez que tenemos los recursos básicos y materiales cubiertos, nuestra felicidad deja de depender del dinero. Csikszentmihalyi empezó a estudiar a las personas creativas para entender por qué dedicaban su vida a cosas de las que no esperaban ni fama ni fortuna. Entrevistó a un músico estadounidense y ahí descubrió el estado extático que sentía este músico al componer. Y a ese estado lo llamo flow o “la experiencia del fluir”:

«Cuando estás realmente involucrado en este proceso completamente capturador de crear algo nuevo, como este hombre hace, él no tiene suficiente atención para monitorear cómo su cuerpo siente, o sus problemas de casa. Él no puede sentir siquiera si está hambriento o cansado. Su cuerpo desaparece, su identidad desaparece de su conciencia porque él no tiene suficiente atención, como ninguno de nosotros tiene, para realmente hacer bien algo que requiere mucha concentración. y al mismo tiempo sentir que existe. De tal manera, la existencia es suspendida temporalmente. Y dice que su mano parece moverse por si sola.»

Uno de los objetivos de esta vida, creo yo, es encontrar eso que nos pone en estado de flow, aquello que nos hace olvidarnos del mundo.

«Más allá de la cultura, más allá de la educación o de lo que sea, hay siete condiciones que aparecen cuando una persona está en fluidez. Allí está el foco que una vez que aparece intenso es seguido por una sensación de éxtasis, una sensación de claridad, tu sabes exactamente que es lo que quieres hacer en cada momento, tienes retroalimentación inmediata. Sabes que lo que necesitas hacer es posible hacerlo, a pesar de las dificultades, y el sentido del tiempo desaparece, te olvidas de ti mismo, te sientes parte de algo grande. Y cuando estas condiciones están presentes, lo que estas haciendo se convierte en valioso en sí mismo.»

Una charla muy recomendada para quienes buscan su pasión y para quienes ya la encontraron. En resumen: para todos los seres humanos. Las charlas TED deberían ser materia obligatoria en los colegios y universidades. Pueden verla con subtítulos en español en la web de TED.